El viernes pasado recibimos con gran alegría la visita en nuestra ermita de una familia compuesta de ocho hermanos, seis mujeres religiosas y uno de los varones sacerdote, todos ellos hijos de Paquita Domínguez y Tómas Alvira, ilustre Académico que convivió en nuestro pueblo, con toda su familia durante los veranos de las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo, todos ellos grandes devotos de nuestra Madre la Virgen de los Olmos,
En su visita vivieron momentos de gran emoción, agradeciendo a la Virgen el poder mostrarse una vez más ante Ella todos juntos.
Recordaron con gran alegría muchos de los momentos vividos en sus infancias, tanto en los alrededores de la ermita como en el pueblo, así como el grato recuerdo, que gracias a esos veranos pasados en nuestro pueblo, siguen sintiendo por Maranchón.
Causa de canonización:
Don Tómas Alvira Alvira, padre de nueve hijos y uno de los tres primeros supernumerarios del Opus Dei, junto a su esposa Paquita Domínguez Susín, padres de nuestros visitantes, se encuentran en proceso de beatificación, el cuan se desarrollo en Madrid entre el 19 de febrero de 2009 y el 25 de septiembre de 2012. Desde entonces se está elaborando las dos “Positio” por separado.
Biografía.
Tomás Alvira Alvira nació en Villanueva de Gállego (Zaragoza) el 17 de enero de 1906 y falleció en Madrid el 7 de mayo de 1992. Doctor en Ciencias Químicas, Investigador del CSIC y Catedrático de Instituto en Ciencias Naturales. Tomás Alvira – Wikipedia, la enciclopedia libre
Paquita Domínguez Susín nació en Borau (Huesca) el 1 de abril de 1912 y falleció en Madrid el 29 de agosto de 1994.
Era Maestra. Se casaron en Zaragoza el 16 de junio de 1939. Tuvieron nueve hijos, de los que el primero, José María, falleció a la edad de cinco años.
En la biografía escrita por Alfredo Mendíz (Rialp-2022)-Página 219/220 Download Tomás Alvira: Vida de un educador (1906-1992) by Alfredo Méndiz (zoboko.com)
Destacamos la referencia sobre sus veranos en Maranchón.
“Quienes conocieron a Tomás Alvira dicen que lo que más le apasionaba era su propia familia. Su hijo Rafael lo confirma al jerarquizar las aficiones de su padre de acuerdo con el siguiente orden: primero, la familia; después, la educación; en tercer lugar, la naturaleza.
Desde 1949 podía desarrollar intensamente las tres, durante el verano, en Maranchón, un pueblo de la provincia de Guadalajara, entre Sigüenza y Molina de Aragón, en el que había comprado por diez mil pesetas una casa de buena factura, aunque sin agua corriente, para las vacaciones.
Dos amigos y colegas, José García Vicente y Ángel Cabetas, le habían animado a conocer Maranchóny, a la postre, a elegirlo, como ellos, como lugar de veraneo para su familia.
En Maranchón, los Alvira congeniaron no solo con los veraneantes, sino también con los naturales del lugar. Isabel Bueno, por ejemplo, era de allí: en 1954, acabadas las vacaciones, Paquita se la llevó a Madrid para que le ayudara en casa. Al cabo de unos años, cuando la empresa en la que trabajaba su padre, electricista, cerró, Alvira se interesó por él y le encontró una colocación.
Encontró también otra para la hija de un antiguo alcalde, cuando en 1973 se quedó viuda con seis hijos a su cargo.
En general, se preocupaba de que, siempre que se presentaba una necesidad, los intereses de las gentes de Maranchón fueran atendidos en las esferas oficiales, en Madrid.
En una ocasión consiguió que se desbloquearan los fondos para unas obras en la escuela. En otra intercedió por el sargento de la Guardia Civil, al que se quería sancionar por alguna ligereza en el desempeño de su función.
Alvira solía pasar en Maranchón un mes, si el trabajo se lo permitía; el resto de la familia, en cambio, permanecía allí todo el verano. Él disfrutaba desvelando los secretos de la naturaleza a sus hijos: paseaba con ellos por el campo, les enseñaba a disecar mariposas, les daba explicaciones sobre la vegetación, el relieve, los fósiles.”
Os agradecemos vuestra visita.